En esta entrada me gustaría mostraros cómo es la experiencia de visitar un museo de Arte Contemporáneo. Y no se ocurre mejor forma de hacerlo que contando cómo fue mi visita al SFMOMA (museo de Arte Contemporáneo de San Francisco), el segundo museo de Arte Contemporáneo más importante de Estados Unidos tras el Moma de Nueva York que en Mayo de 2.016 reabrió sus puertas tras tres años de obras de ampliación del mismo.
Fachada de niebla sería la denominación perfecta para describir la fachada de la ampliación del museo que los arquitectos noruegos del estudio Snohetta idearon para su piel exterior y que constituye la nueva imagen del museo. Se inspiraron en el agua y la niebla de la bahía de San Francisco. Esta niebla, que se va extendiendo por toda la ciudad, es muy frecuente y se ha convertido en parte esencial de la ciudad. Tanto, que hasta le han puesto nombre y tiene su propio twitter @Karl the Fog, al que llegan casi a diario preciosas fotos que retratan cómo la niebla va decorando la ciudad.
Esta nueva y sugerente imagen del museo era un anticipo de lo que nos esperaba en su interior.
Tuve el inmenso placer de visitar este museo un magnífico y radiante día de principios de Octubre del año pasado (una de las guías del museo nos dijo que Septiembre y Octubre eran los meses del año con menos días de niebla allí).
Sé que muchos pensaréis que qué ganas de meterse en un museo en un día así y sobre todo si es para ver... ¡complicadas obras de arte contemporáneo!. Pues a todas esas personas os digo: ¡Atreveros a entrar y emocionaros con el Arte!.
Antes de nada, para empezar me gustaría decir que los museos de arte contemporáneo no son simplemente habitaciones llenas de obras de arte. ¡Son mucho más!.
A continuación, os explico en 4 puntos por qué el SFMOMA es tan fascinante y está lejos de ser el museo tradicional que todos tenemos en mente.
1. LA NATURALEZA
Se cuela en el museo en forma de pared vegetal, que es la protagonista en uno de los espacios expositivos exteriores y que además es visible desde el interior del museo.
2. SAN FRANCISCO
La ciudad se convierte en una obra de arte en sí misma al penetrar en el museo a través de inmensos ventanales y además se pueden contemplar fabulosas vistas de la ciudad desde numerosas terrazas.
3. SELFIES ARTÍSTICOS
Conviértete en artista por un día y llévate un recuerdo del museo creando un selfie muy artístico (solo tienes que colocarte delante de una cámara y vas colocando objetos encima de una pantalla que son los que irán desvelando partes de tu rostro a través de la sombra que proyectan...¡el resultado es muy guay y te lo mandan por e-mail!).
4. LOS BAÑOS, VERDADERAS OBRAS DE ARTE
¡No te puedes perder los baños del museo! En este museo se respira tanto Arte que hasta la visita al baño es una verdadera experiencia artística (es como estar dentro de un cuadro de Edward Hopper).
Por supuesto, el museo también cuenta con zonas de exposición interiores, necesarias para la conservación y preservación de valiosas obras de arte. Valiosas obras como los cuadros del pintor noruego Munch que tuvimos el placer de disfrutar en la exposición temporal que organizó el museo con los cuadros cedidos por el Museo Munch de Oslo. Además de los bocetos de su famoso "El Grito" me impactó especialmente la fuerza expresiva del cuadro titulado "Desnudo llorando" (1.913).
"Weeping nude" (1913) de Edward Munch durante la exposición temporal en el SFMOMA en Octubre 2017.
Después recorrimos la exposición de uno de los grandes fotógrafos estadounidenses del S. XX: Walker Evans. Las fotografías que más me gustaron fueron sus famosas fotos de agricultores americanos retratados junto con sus familias durante la Gran Depresión de Estados Unidos entre 1.935 y 1.936 para denunciar la situación económica tan difícil que estaban viviendo. Lo que más me impresionó fue la dureza de la mirada de estas personas que revelaba lo mal que lo estaban pasando.
"Alabama Tenant Farmer" (1936) de Walker Evans durante la exposición en el SFMOMA en Octubre de 2017.
Tras la visita de estas dos magníficas exposiciones nos apuntamos a un tour arquitectónico por el interior del museo donde nuestra guía Berenice nos invitó a reflexionar sobre la relación entre la arquitectura monumental y postmoderna del primer edificio del museo (obra del arquitecto Mario Botta en 1995) y la arquitectura contemporánea de la nueva ampliación realizada en 2016.
Y no contentos con esto, y a pesar de que ya estábamos bastante cansados, no nos resistimos a seguir viendo el resto del museo.
¡¡¡ERROR!!! Tras vagar por salas y salas, lo único que conseguimos fue acabar agotados y no disfrutar nada o bastante poco. Nuestro fallo fue que no nos dimos cuenta que era imposible abarcar todo el museo porque era inmenso y que lo más conveniente habría sido verlo en varios días. "Art can be exhausting sometimes" ("A veces el arte puede ser agotador"), como nos comentó nuestra simpática guía Berenice .
Por suerte, al final encontramos una exposición que nos DEVOLVIÓ A LA VIDA. Un remanso de paz que nos hipnotizó y nos llevó a un auténtico estado Zen a través del sonido de tazas de porcelana que flotaban, se chocaban y giraban formando círculos en un estanque de agua.
"Clinamen v.3" de Céleste Boursier- Mougenot es una auténtica EXPOSICIÓN ANTIESTRÉS para la vida actual y la mejor manera de acabar nuestra visita al fantástico MOMA de San Francisco.
Hmmm. Interesante y recomendable lo de verlo en varios días.
ResponderEliminarSí, para disfrutar de las obras de arte me parece fundamental verlas con calma. Por eso pienso que lo más recomendable sería planificar la visita al museo antes de ir y seleccionar las exposiciones que te interesan.
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